Me da mucho gusto escribir estas líneas porque supone una vuelta a territorio amigo. Dicen que uno siempre regresa a donde fue feliz y aquí estoy, cobijado por el festival de metal más importante del país.
Muchas cosas han pasado desde la última vez. De entrada, se llevó a cabo la tan aplazada doble celebración, correspondiente a las ediciones V y VI del festival. Ambas resultaron ser un éxito profundo, aunque en lo personal, lamento haber fallado por vez primera a una de estas festividades; a veces las agendas no se pueden coordinar como quisiéramos.
El viernes no pude estar presente, sin embargo, el sábado partí con rumbo a la Sultana del Norte, a la Expo de Guadalupe, solo para confirmar que el crecimiento de este ‘fest’ no se detiene. Pese a que este espacio estaba en pausa, comenté en otros medios que la nueva sede del México Metal Fest me pareció mejor en muchos aspectos a la que se venía utilizando. Para empezar, se me hizo de fácil acceso, pero además, tal cual se convierte en una feria: una feria metalera.
Hay puestos de comida, playeras, discos, demás mercancía, espacios para el descanso, baño y, lo más importante, tres escenarios de primer nivel donde el desfile de bandas nacionales e internacionales no se detiene. Además, y como se ha hecho una sana costumbre, miles de ‘metalheads’ de diferentes partes del país, Centroamérica, Sudamérica, Estados Unidos e incluso algunos puntos del Viejo Continente, conviven en paz y armonía… una armonía estruendosa.
Este volver a tomar “la pluma” para hablar de mi evento favorito anual no pudo ser más oportuno. Justo hace unos días, el Tío Cacique posteó en sus redes sobre su primer evento de este tipo, la presentación de Dark Tranquillity en un reconocido centro de entretenimiento en el centro de Monterrey, hace 8 años (1 de febrero de 2015).
La promotora destacó en su mensaje que ese debut estuvo a punto de no llevarse a cabo, al recordar malestares de salud que padeció momentos antes el vocalista Mikael Stanne. Sin embargo, el concierto se logró concretar y resultó una majestuosa presentación.
Era domingo, día de Super Bowl. La tradición de los aficionados a la NFL es juntarse para ver el partido independientemente de los equipos que lo disputen. Los amigos con lo que fui al concierto teníamos ese ritual año con año, hasta que se presentó la oportunidad de asistir a un show de la banda sueca. No fue fácil convencerlos, pero al final, el objetivo se logró.
Seguimos las acciones del encuentro deportivo en un restaurante cercano al lugar del concierto. Más que apoyar a un equipo, queríamos que perdiera “el rival odiado”, y todo pintaba que así sucedería. Nos fuimos temprano al conocido recinto y pudimos apreciar a las tres bandas abridoras: Spit On Your Grave, The Advent Equation y Zelichant (todas originarias de Monterrey). Mis amigos y un servidor quedamos maravillados con el talento local, al punto que entablamos conversaciones con algunos de sus integrantes y, tiempo después, los veríamos sobre el escenario en nuestras respectivas ciudades.
Llegó el turno del estelar, el grupo que nos hizo alejarnos de nuestro deporte favorito para experimentar en directo canciones y sonidos que nos acompañaron durante nuestra juventud. El disco en promoción era el Construct, pero se le dio un repaso a algunos temas clásicos o, en lo personal, muy importantes en su discografía, como Misery’s Crown. Nadie notó que Stanne había tenido algunos malestares horas antes.
Dos años después, de nuevo presenciaríamos un show de esta banda, también cortesía de la misma casa productora, ahora en la segunda edición del México Metal Fest.
Recordar esta historia me pareció pertinente justo ahora que regreso a este espacio, porque coincide la fecha y me remite a cómo se inició una excelente relación colaborativa con el Tío Metal. Ocho años después, seguimos ansiosos a que se anuncie el nuevo cartel del festival o las presentaciones de forma independiente de decenas de agrupaciones que han sido (y se siguen sumando) parte del ‘soundtrack’ de nuestras vidas.
A finales del año pasado, tocó ver a Obituary, otro gigante. Y este 2023, que comenzó con Rhapsody, ya tiene una larga lista de eventos de los cuales no nos queremos perder ni uno. Todo esto, claro, mientras llega el momento de volver a estar ahí, frente al mágico escenario del MMxF.
Estamos de regreso, banda, y esperamos volver a vernos en noviembre. ¡Gracias!